EL BOLICHE DEL BARRIO
NUESTRAS COSTUMBRES:
" EL BOLICHE DE LA ESQUINA"
“Un boliche como hay tantos,
Una barra como hay muchas”
Cada vez quedan menos, las costumbres cambian.
Los boliches “de copas” barriales eran de todo un poco:
Camaradería acodada al estaño, lugar de confesiones desveladas, escuela de filosofía callejera y lugar de reunión del cuadrito del barrio.
Café concert de guitarreros de boliche y veteranos dando cátedra de billar y carambola.
Poetas del truco desparramando versos en cada flor. Piropos a las “gurisas” del barrio desde la ventana, que ni miraban a esa barra de bohemios pero al pasar en la cara llevaba una sonrisa y varios ojos prendidos un poquito más debajo de la espalda.
Aprendías lo bueno y lo malo, que los extremos nunca sirven, el consejo de “los que se la sabían toda” pero ahí estaban “agarrados como un broche” . Entrada la tardecita en verano “la murga del barrio” desentonaba las primeras estrofas y se iba afiatando con el correr de ensayos y grappa miel ( que para eso es el mejor tónico), siempre en la vereda llamando vecinos con taburete en mano.
Ya lo decía el Tito:
El envite de una copa,
que de apuro va a baraja,
mientras que frente a la caja
se afana el que te afanó.
" EL BOLICHE DE LA ESQUINA"
“Un boliche como hay tantos,
Una barra como hay muchas”
Cada vez quedan menos, las costumbres cambian.
Los boliches “de copas” barriales eran de todo un poco:
Camaradería acodada al estaño, lugar de confesiones desveladas, escuela de filosofía callejera y lugar de reunión del cuadrito del barrio.
Café concert de guitarreros de boliche y veteranos dando cátedra de billar y carambola.
Poetas del truco desparramando versos en cada flor. Piropos a las “gurisas” del barrio desde la ventana, que ni miraban a esa barra de bohemios pero al pasar en la cara llevaba una sonrisa y varios ojos prendidos un poquito más debajo de la espalda.
Aprendías lo bueno y lo malo, que los extremos nunca sirven, el consejo de “los que se la sabían toda” pero ahí estaban “agarrados como un broche” . Entrada la tardecita en verano “la murga del barrio” desentonaba las primeras estrofas y se iba afiatando con el correr de ensayos y grappa miel ( que para eso es el mejor tónico), siempre en la vereda llamando vecinos con taburete en mano.
Ya lo decía el Tito:
El envite de una copa,
que de apuro va a baraja,
mientras que frente a la caja
se afana el que te afanó.
El trompa tira la bronca,
porque un pebete se cuela,
y un cantor con su vihuela,
pide permiso y entona.
porque un pebete se cuela,
y un cantor con su vihuela,
pide permiso y entona.
Y así,
entre naipes, curda y canto,
de esta escena cotidiana,
se oye la voz de una nena:
"¡Papá, vamos que mamá te llama!..."
entre naipes, curda y canto,
de esta escena cotidiana,
se oye la voz de una nena:
"¡Papá, vamos que mamá te llama!..."
Salud, un beso y una flor a la barriada pisen el piso que pisen ..
Texto: A La Uruguaya
Texto: A La Uruguaya
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